domingo, 20 de octubre de 2013

Crítica de Gravedad: el placer de dar y dar vueltas, observar la Tierra a lo lejos y aguantar en soledad


Un periodista de TV Azteca, bastante despistado o ingenuo qué se yo, le preguntó en plena rueda de prensa a Alfonso Cuarón, director de Gravedad, cuáles habían sido "las dificultades técnicas y humanas, quizás, de rodar en el espacio". El cineasta mexicano, siguiéndole la corriente con mucho humor, le contestó que "estuvieron tres meses y medio en el espacio y que el entrenamiento fue de lo más complicado".

Por su realismo y espectacularidad, el periodista creyó, en efecto, que la película había sido rodada en el espacio cuando en realidad se filmó con lo último en tecnología cinematográfica. Esto incluyó una "jaula" o caja especial compuesta por seis paneles LED gigantes, animación, un robot-cámara, coreografías y muchos otros artilugios que tardaron 4 años en desarrollarse y que a la final permitieron dar la sensación de que Sandra Bullock y George Clooney se encontraban varados a más de 600 kilómetros de la superficie del Planeta, flotando a la deriva, con gravedad cero y dependiendo del oxígeno de sus tanques.



Desde el punto de vista técnico, la película es prácticamente perfecta y ofrece una visión nueva, asombrosa y espectacular dentro del género de la ciencia ficción. Realmente uno siente como si las cámaras y el equipo de rodaje estuvieran allí, simplemente registrando lo que sucede.

Y la Tierra, como telón de fondo, con sus nubes, océanos y continentes, les regala amaneceres, atardeceres y luces nocturnas a todos esos ojos -los de Bullock, Clooney y los espectadores- que permanecen atentos y deslumbrados ante semejante belleza.


Convencida de ser todo un espectáculo, quizá por ello la película no necesita mayor argumento. Los protagonistas están varados en el espacio y hacen hasta lo imposible por resolver su situación. Es una angustiosa historia de supervivencia. Eso es todo. Algo de sentimentalismo, frases bonitas y personalidad para sazonar, pero lo realmente atractivo aquí es el escenario, el cómo se ven y se mueven los distintos elementos en él.

Tal y como la define el crítico Geoffrey Macnab de The Independent, la película es "un triunfo visual aunque su historia no hace pie". Entrará a formar lista de los nuevos clásicos de la ciencia ficción y muy seguramente cosechará algunos galardones técnicos (y hasta una posible nominación a Bullock como mejor actriz protagónica) en la próxima temporada de premios, pero de ahí a decir que es la mejor película del 2013 falta mucho todavía por ver.

En todo caso hay que cumplir la cita con Gravedad para sentir el privilegio de estar en el espacio, y al mismo tiempo inmensamente solo y desprotegido, en una situación completamente nueva y perfectamente posible para todos los seres humanos en un futuro no muy lejano.