Podría decirse que en el mundo hay dos tipos de espectadores de cine: los que disfrutan de dramas "con contenido" como Las tortugas no vuelan, y los que prefieren extasiarse con autos volando a cientos de metros de altura como en Rápidos y furiosos 7.
Mientras los primeros denigran de ese cine comercial o "crispetero" que copa todas las salas de cine durante temporadas de vacaciones como la Semana Santa, los segundos simplemente devoran las crispetas con la misma furia y rapidez que Vin Diesel y sus amigos al volante, mientras a la par se baten récords de taquilla.
Sin duda alguna, la muerte del coprotagonista Paul Walker el 30 de noviembre del 2013 en un accidente automovilístico, mientras se llevaba a cabo el rodaje de la película, aumentó la expectativa e impulsó a los espectadores a las salas. ¿Cómo hicieron para revivirlo?, es la pregunta de muchos.
A Walker le faltaba por rodar una tercera parte de las escenas, inconveniente que los productores resolvieron de varias formas: usando a los hermanos de Paul -Cody y Caleb- como dobles de acción para algunas escenas, y usando efectos especiales para recrear digitalmente al actor. Lea Cómo Hollywood revivió digitalmente a Paul Walker
Y ese trabajo digital, valga decirlo, quedó muy bien hecho. La ausencia de Walker no se nota en absoluto. Los retoques ni sus hermanos tampoco. Eso sí, al final se le rinde un sentido homenaje, tanto desde la trama como con una serie de imágenes que recuerdan su paso por las seis películas anteriores. Las palabras de Vin Diesel pueden, increíblemente, hacer soltar algunas lágrimas.
Pero no solo la curiosidad y la tristeza que genera la desaparición de Paul Walker constituyen atractivo para la horda de espectadores amantes de la acción, los autos y la adrenalina. Si algo hay que reconocerle a la saga de Rápidos y furiosos es que cada vez le mete más el acelerador a las escenas imposibles. La de los autos cayendo por el cielo (ver video al final) y "aterrizando" en un camino montañoso de Azerbaiyán desafía todos los sentidos.
O la escena del auto rojo volando entre edificios de Abu Dhabi, que se puede ver tanto en el tráiler como en este mosaico de imágenes, es simplemente alucinante:
No faltan el humor, las chicas en bikini o incluso el romance, pero son apenas descansos para la siguiente carrera o enfrentamiento cara a cara entre buenos y malos que, en esta ocasión, van por un arma sumamente peligrosa: el "ojo de Dios", que ya está entre nosotros y no suena tan descabellada en este mundo hiperconectado y con cámaras acechando en todos lados.
En el fondo, Rápidos y furiosos 7 propone más de lo mismo, pero mejor, dentro de las limitaciones propias de un cine más visual que narrativo, más de acción que de conflictos, más de destrucción de autos que de construcción de personajes.
A lo largo de la saga es realmente poco lo que ha cambiado o evolucionado la gran "familia" que son Toretto y sus amigos, salvo ya por la partida del personaje de Brian O'Conner que Paul Walker que ya no interpretará nunca más.