domingo, 4 de mayo de 2014

Las 10 razones para visitar Capurganá (segunda parte)


Hace una semana les contaba en Las 10 razones para visitar Capurganá, un paraíso del Caribe chocoano (primera parte), las primeras cinco: hay muchas formas de llegar, ofrece alojamiento para todos los gustos y presupuestos, no hay automóviles, tiene playas para un verdadero descanso y es ideal para la luna de miel.

Hoy les contaré las 5 razones restantes, con las cuales espero haber cumplido el objetivo de que se antojen de visitar Capurganá y se permitan disfrutar sus diferentes atractivos turísticos:


6. El paseo a la encantadora Sapzurro


Sapzurro, al igual que Capurganá, es un corregimiento de Acandí. Está ubicado a unos 15 minutos en lancha o a bordo del yate Fantasía que dispone Viajes Almar para las excursiones. También se puede llegar a pie, por entre la selva, pero la caminata hay que hacerla con un guía experto para evitar perderse. 

Sapzurro es una palabra en lengua kuna que significa "bahía profunda" y se comprueba mientras se llega y saltan a la vista los colores vivos de las fachadas de su iglesia y las poquitas casas que conforman este pequeño poblado, habitado por nativos afrocolombianos e indígenas, y algunos paisas y europeos que se han establecido allí sus cabañas.  

La visita a Sapzurro incluye almuerzo de pescado frito con patacón y, de postre, las paletas de frutas que ofrece una señora muy querida y conocida por todos.

Un dato curioso: según cuenta el guía turístico Donaldo Peña, Cristóbal Colón llegó a Sapzurro en su cuarto viaje y por eso una calle de la población tiene el nombre del descubridor.

Vista de Sapzurro desde la embarcación. El colorido y simpleza de sus construcciones contrasta con la espesura de la selva como telón de fondo.

Familia indígena en Sapzurro. Dicen las malas lenguas que a los indígenas no les gusta que les tomen fotos porque estas les "roban" el alma, a menos que usted les pague algo de dinero.

Sapzurro es más pequeña que Capurganá y es la última población colombiana en límites con Panamá.


7. Subir a la frontera con Panamá  


Desde Sapzurro se llega a pie hasta la frontera con Panamá. Es una caminata muy corta, de 10 a 15 minutos, donde después de atravesar las calles del pueblo se sube por unas empinadas escalas pintadas con el tricolor patrio.

Entre la vegetación espesa se sube hasta la cima de la montaña que marca el límite entre Colombia y Panamá.

En la frontera hay puestos de control, tanto de Colombia como de Panamá. Inevitable tomarse la foto en el mojón fronterizo donde se alzan las dos banderas hermanas; y brincar de un país a otro, a lo Homero Simpson.




Así se ve Sapzurro desde la frontera con Panamá. Ahora se entiende por qué lo de "bahía profunda".


8. Bajar a La Miel, la vecina población panameña 


Una anotación de nombres y cédulas en el cuaderno de la guardia fronteriza es suficiente para que los turistas colombianos podamos cruzar a Panamá y bajar a La Miel, la primera población de ese país que encuentra uno en esta ruta. 

Después de La Miel (en la foto), y a 20 minutos en lancha, se encuentra Puerto Obaldía, uno de los cuatro corregimientos de la comarca indígena panameña de Guna Yala.

En La Miel está Playa Blanca, un lugar paradisíaco para tomar el sol, tomarse una cerveza y escuchar las historias de sus pobladores.


El ron nicaragüense Flor de Caña y la cerveza norteamericana Milwaukee's Best Premium es lo que se bebe en La Miel. Aquí, junto a un plato de cigua con patacones. La cigua es un caracol que debe consumirse con responsabilidad, solo en temporada, ya que es una especie en peligro de extinción por la sobrexplotación.

En primer plano, un joven lugareño algo enfiestado. Al fondo, Cabo Tiburón, que marca el límite entre Colombia y Panamá. 


9. La caminada a El Cielo


De regreso a Capurganá, un plan que no puede faltar es la caminada a El Cielo, una reserva natural de exuberante vegetación y abundante agua dulce que permite conocer parte de la riqueza natural que encierra el llamado Chocó Biogeográfico. 


Para llegar a El Cielo se atraviesa varias veces el río Capurganá.

Uno de los atractivos de El Cielo es esta polea para tirarse un chapuzón.

Imponentes árboles como este higuerón se hallan a lo largo del recorrido hacia El Cielo.

Meterse con el agua hasta el pecho hace parte de la aventura, aunque también hay un camino alternativo por si usted no quiere mojarse.

Nuestro paseo a El Cielo llegó hasta esta caída de agua cristalina, por la que se puede subir con la ayuda de una cuerda.

10. Salir a caminar y tomar fotos 


Tomar fotos es uno de mis planes favoritos. Capurganá no solo ofrece maravillosos paisajes y motivos para fotografiar, sino además la seguridad de caminar con la cámara colgada al cuello sin temor alguno de ser asaltado.   


Un lorito entre las hojas del jardín. Una sorpresa que te puedes encontrar en Sapzurro.


Los botes siempre tan fotogénicos.
¿Ven la piedra con un dibujo en forma de corazón?



Formas curiosas de la vegetación, no muy lejos de la zona de hoteles.

La furia del mar se nota en estas rocas esculpidas por las olas.

La Brujita Bar, una discoteca con vista al mar que poco ha cambiado en años. 

Los víveres que acaban de llegar de Turbo para surtir las tiendas de Capurganá.

El Alcázar, uno de los mejores hoteles de hace una década, hoy luce en ruinas y completamente abandonado.