No se parece casi. Es la primera conclusión que saca uno después de ver la primera imagen del actor Benicio Toro encarnando al capo Pablo Escobar en la película Paradise lost que se filma en Panamá y Costa Rica.
Pablo Escobar no tenía tanto pelo o, mejor dicho, no lo tenía tan calculadamente alborarotado. Al actor puertorriqueño se le nota mucho el efecto de la crema para peinar para rizos obedientes que yo uso, ¿no lo creen?
Ni punto de comparación con el parecido que sí logró el actor colombiano Andrés Parra (en cuanto a la apariencia física, la voz, los ademanes y demás) para la serie Escobar, el patrón del mal que con gran éxito emitió el Canal Caracol.
Andrés Parra logró parecerse mucho al capo del cartel de Medellín. |
Así que no es de esperarse una película biográfica sobre Pablo Escobar con todo el rigor histórico y capilar, sino más bien un peliculón de acción que se aprovecha de la fama del extinto narcotraficante para llamar la atención y llevar espectadores a las salas. Al final dará lo mismo que se llame Pablo Escobar o Pedrito Pérez...
Y tampoco nada raro que, al igual que muchas películas de Hollywood supuestamente ambientadas en Colombia, muestren a Bogotá como una selva tropical habitada por campesinos que usan sombrero de charro mexicano.
O a Cartagena con montañas como en El romance de la esmeralda (Romancing the stone, 1984) protagonizada por Michael Douglas y Kathleen Turner, que todavía me acuerdo.